Los puertos chinos exhiben una mejora en los volúmenes de envío tanto de importación como de exportación a medida que han disminuido los cierres de COVID-19., según datos de la plataforma de visibilidad de la cadena de suministro FourKites.
El volumen en el puerto de Shanghái ha aumentado desde mediados de mayo, y la media de 14 días del volumen de carga marítima es sólo un 2% menor en comparación con el 12 de marzo (el día anterior a la entrada en vigor de los bloqueos)”, afirmó Philippe Salles, vicepresidente de Soluciones Estratégicas (Océano) de Fourkites.
“Esto supone una mejora con respecto a mediados de mayo, cuando el volumen de envíos descendió hasta un 25% en el mismo periodo”.
En tanto, otros puertos chinos se han mantenido fuertes, con un volumen en el puerto de Shenzhen que ha aumentado un 25% y en el puerto de Ningbo-Zhoushan un 35% en comparación con el 12 de marzo.
La plataforma ha seguido observando una fuerte recuperación del volumen que es transportado desde China a Estados Unidos, con una media en 14 días sólo un 3% menor respecto a los niveles observados el 12 de marzo.
“El volumen en esta ruta había alcanzado un mínimo del 43% a mediados y finales de abril”, agregó Salles, quien matizó la información al señalar que “los retrasos siguen siendo elevados, sin embargo, con el porcentaje medio de 14 días de cargamentos retrasados a lo largo de este carril en un 37% en comparación con el máximo del 39% visto a mediados y finales de abril”.
Costa Este de EE.UU. en problemas
Mientras en los puertos chinos el flujo de la carga tiende a la recuperación, la historia es otra en EE.UU., donde la costa este (USEC) sufre los embates de las fluctuaciones de la cadena de suministro. Según la última edición de The McCown Report de Blue Alpha Capital, los problemas ahora se asientan en la USEC, ya que mientras que la costa oeste (USWC) representó más de dos tercios de los portacontenedores esperando un sitio de atraque en enero, ahora el número equivale a sólo un tercio “ya que los buques anclados y la congestión resultante se ha desplazado hacia el este”, indica el informe.
Es así como ahora los puertos de Houston y Nueva York tienen tantos portacontenedores esperando por un sitio de atraque como el conjunto de los puertos de Los Ángeles y Long Beach (LA -LB). Sin embargo, el mayor aumento se ha visto en Savannah, que ahora tiene 42 buques en cola, vale decir, seis veces el número que el puerto puede acomodar, lo que se traduce en una espera de 14 días anclados.
Por el contrario, los puertos de LA-LB observaron un promedio de 22 portacontenedores esperando un sitio de atraque durante junio, una caída del 33% desde mayo y una reducción del 79% desde el comienzo del año.
De acuerdo con el informe, el aumento de la congestión en los puertos de la USEC ha sido impulsado en parte por los cambios por parte de las líneas navieras que buscan evitar demoras en LA-LB, en parte ante al temor de una posible huelga de los estibadores de la ILWU en la USWC, amenaza a la que hay que agregar el atasco de 29.000 contenedores ferroviarios en los muelles de Los Ángeles y el largo conflicto laboral que mantienen los trabajadores de este sector que pretenden mejoras salariales y bonificaciones y que recientemente ha obligado a la intervención del Presidente Biden.
Proyecciones
Lo más inquietante como suele ocurrir es el futuro, puesto que según el informe se esperan continuos retrasos en los puertos de EE.UU. en general. De hecho, los principales terminales registraron un aumento del 5,9% en los volúmenes entrantes en lo que va de julio.
“Los portacontenedores ahora esperan en todas las costas y muchos puertos se encuentran operando cerca o al máximo de su capacidad, parece claro que aún más ejercerá presión sobre el sistema portuario de EE. UU.”, señala el informe McCown.
Philippe Salles de Fourkites, coincide en la inquietud con relación a lo que ocurre en la ruta China-EE.UU. “Aunque la situación se está suavizando, no estamos ni de lejos cerca de los volúmenes y los tiempos de tránsito que veíamos antes de COVID”. Además, pronostica que “de cara al futuro, es probable que las cadenas de suministro se vuelvan más compleja”.
Otro punto a vigilar- expone- son los tiempos de tránsito de la carga marítima: “Se espera que la Organización Marítima Internacional (OMI) dicte nuevas normas sobre emisiones en 2023, lo que probablemente se traducirá en una reducción de la velocidad de los buques.
Por tanto, veremos más retrasos e incertidumbre en las cadenas de suministro mundiales”.
Redacción y Texto por Mundo Marítimo