Ya ha pasado un mes desde que el Ever Given quedó literalmente atascado en la mitad del Canal de Suez. Cientos de naves, grandes y pequeñas, que estaban en ruta conectando diferentes partes del mundo quedaron atrapadas en la espera de que el buque de Evergreen volviera a flotar. Un total de 55 embarcaciones de la flota de Maersk fueron impactadas por el bloqueo y 13 fueron redireccionadas para rodear África, mientras que el resto esperó las labores de reflotación para navegar por el Canal. “Aun cuando esperamos que el cierre del Canal de Suez impacte itinerarios y recaladas hacia el mes de mayo incluso y a medida que los buques retoman sus itinerarios fijos, nuestros colaboradores están trabajando continuamente para mitigar el impacto sentido por nuestros clientes y para asegurar confiabilidad en nuestras operaciones“, lee un comunicado de asesoría al cliente publicado por la compañía danesa.
Sin embargo, a pesar del hecho de que la mayoría de las naves atascadas en el Canal de Suez iban en ruta hacia puertos europeos o de los Estados Unidos, la industria del transporte marítimo está interconectada y, de una manera u otra, los efectos de un evento en una parte del globo tienen repercusiones en todo el planeta. ¿El efecto en Latinoamérica? Bueno, afortunadamente “será de corto aliento y debiera estar superado a fines de abril“, dice Lars Oestergaard Nielsen, director de operaciones para las Américas Maersk, quien conversó en exclusiva con MundoMaritimo sobre el impacto del bloqueo en los puertos latinoamericanos y lo que significa para el operador logístico integrado danés.
Un problema cool
Los puertos de Latinoamérica tienen comportamientos similares en cuanto a importaciones, tanto en el Atlántico como en el Pacífico, pero sus exportaciones son muy diferentes en ambas costas. La costa oeste destaca por exportar principalmente graneles sólidos (materias primas, mineral), mientras que en la costa este es un importante exportador de productos frescos, sobre todo soja y carnes. “Hay dos efectos para los puertos latinoamericanos. El más directo es la escasez de contenedores refrigerados vacíos para embarcar carga fresca, especialmente desde ECSA. El Medio Oriente consume gran volumen de carga reefer y luego esos contenedores fríos salen vacíos de regreso a los puertos de origen. Muchos de esos contenedores están retrasados en su regreso debido al bloqueo. La situación está siendo manejada y debería quedar resuelta hacia finales del mes de abril“, dice el ejecutivo líder de Maersk para las Américas.
Una alternativa de desvío
El segundo efecto secundario del bloqueo en los puertos latinoamericanos es el arribo simultáneo de muchas naves en puertos de los Estados Unidos y en Europa. “Muchas naves estarán llegando al mismo lugar y al mismo tiempo pondrá más presión en los puertos y esto, indudablemente, afectará las recaladas en otros puertos del itinerario de la nave“, agrega Nielsen. ¿Es la redirección una alternativa? Preguntamos. “La opción de un desvío se ha estado evaluando, pero hay pocas oportunidades en la costa oeste. Hemos estado mirando la posibilidad de llegar primero a México y después hacia los Estados Unidos, pero ahí el desafío está en el transporte intermodal y el reingreso al país del norte para ir hacia los centros de distribución”, dice el ejecutivo de Maersk, quien agrega que no hay suficiente capacidad de terminal en los puertos congestionados como para recibir naves más grandes y así recibir menor embarcaciones con la misma cantidad de carga, por lo que esa posibilidad no es viable.
La congestión en los puertos estadounidenses -especialmente LA/LB- es anterior al bloqueo en el Canal de Suez y está relacionado con “una combinación de la fuerza laboral compartida entre las dos instalaciones, que se ha visto mermada por el COVID-19, sumado a un aumento del volumen de importación hacia el país”, explica el experto, añadiendo que la presión en los puertos debiera bajar hacia finales de Q3 – inicios de Q4, “la situación actual se mantendrá por otros 4 a 6 meses”.
La “nueva normalidad”
“Aún se está determinando la nueva normalidad, pero esperamos que la situación se mantenga estrecha hacia el tercer cuatrimestre. Los puertos y las infraestructuras se mantienen en intensos cuellos de botella y debido a esto hay retrasos tanto en el transporte oceánico como en el terrestre, lo cual se espera continúe en zonas de alta demanda”, lee un pronóstico de Maersk publicado en el comunicado de asesoría al cliente emitido por la compañía danesa el 20 de abril.
Afortunadamente, no hay otros “efectos secundarios” provocados por el bloqueo del Canal de Suez y Latinoamérica está viviendo en estos momentos las peores consecuencias de ello… muy similar a un oleaje ventoso producto de un huracán lejano.
Por MundoMaritimo